miércoles, abril 18, 2018

Sobre mi nombre y los Cabify

Nunca me ha hecho mucha gracia mi nombre pero reconozco que siempre me ha regalado mucha fantasía. Estoy seguro que si me hubiese llamado Alexander, Bernardo o Carlos habría sido una persona totalmente diferente.
Dejando el ego a un lado, el nombre de Horacio suele estar asociado a grandes héroes olvidados, y no a protagonistas de telenovelas guapos y de profesiones respetables que terminan influyendo sobre la mente de madres atormentadas.
Esta mañana al subirme al Cabify para ir a la estación de trenes el chofer después de darme los buenos días, ofrecerme: agua, wifi, música, climatización y hasta un masaje (si fuese necesario) me preguntó muy educadamente:
- ¿Disculpe Sr. Horacio es usted español?
- Me siento muy a gusto aquí, quiero mucho a este país, técnicamente lo soy pero en realidad nací en Venezuela  ¿por? - le respondí - alargando el “por” como quien sabe todo lo que vendrá después.
- Es que a mi me gusta mucho su nombre y no es típico de aquí -dijo - con una efusividad que solo los valientes a esa hora de la madrugada pueden tener, es el nombre de un héroe de mi país - recalcó -
Me entró un ataque de risa y aquello fue como darle luz verde al chofer para que acelerara a fondo y me contara todo lo que sabía sobre su olvidado y nunca bien ponderado Horacio “Vass” de su República Dominicana natal.
No sé cómo pero los 13 minutos que duró el trayecto de mi casa al AVE terminaron convirtiéndose en una clase de historia con final de tele corazón cuando me contó la anécdota de la ruptura de su noviazgo, de cinco años, con su prima hermana que lo dejó apunto de casarse por no querer irse a vivir a Venezuela con ella en el 2002. Supongo que todo y todos estamos conectados de alguna forma.
Hace unos meses algo muy parecido me sucedió con otro chofer de taxi que era de origen cubano, y un año atrás conocí en una boda muy rimbombante a un Horacio tan obsesionado con su nombre que no daba crédito a poder estar conociendo a otro homónimo, nos hicimos el selfie de rigor, quizás más de uno, y toda la noche transcurrió entre  canapés y anécdotas históricas sobre otros Horacios y  sobre su búsqueda inagotable por encontrar a San Horacio con el único objetivo de poder celebrar su santo como cualquier otro español de casa, solo nos faltó echar un pie.

Si nuestros nombres nos definen de alguna manera entonces sigo perdido porque sigue sin convencerme el mío, pero como diría mi prima "T" me da mucho “Salseo”

Al bajarme del coche valoré con cinco estrellas al conductor de cabify.

1 comentario:

R dijo...

Me gustaría encontrar a otra Renata para hacerme selfies o convertirme en personaje icónico del imaginario popular, recordada por taxistas, conductores y bartenders.

Sobre mi nombre y los Cabify

Nunca me ha hecho mucha gracia mi nombre pero reconozco que siempre me ha regalado mucha fantasía. Estoy seguro que si me hubiese llamado ...