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Estimado Van Helsing,
Te escribo con lágrimas en los ojos y sudor en las manos, luego de tantos años de búsqueda y de sortear peligros el día de hoy me he topado con uno de ellos. La encontré sentada en la barra del Juan Sebastián Bar, lucía muy delgada, cabizbaja y pensativa, como quien ya no quiere pertenecer a este mundo. La abordé con una sonrisa y comenzamos a platicar, luego de bailar un mambo me invitó a su casa que se encontraba a pocas cuadras del lugar, allí encontré lo típico: muebles victorianos, cortinas espesas, escasa iluminación y discos de Gardel. Intentó seducirme en dos oportunidades pero mi aliento a ajo la mantuvo a raya, en varios momentos de la noche dudé de su autenticidad pero al final de la velada cuando pedí prestado el baño ¡la verdad me fue revelada!
Ahora temo por mi cuello, huyo despavorido de la ciudad, ya sabrás de mi.
Horacio.
Te escribo con lágrimas en los ojos y sudor en las manos, luego de tantos años de búsqueda y de sortear peligros el día de hoy me he topado con uno de ellos. La encontré sentada en la barra del Juan Sebastián Bar, lucía muy delgada, cabizbaja y pensativa, como quien ya no quiere pertenecer a este mundo. La abordé con una sonrisa y comenzamos a platicar, luego de bailar un mambo me invitó a su casa que se encontraba a pocas cuadras del lugar, allí encontré lo típico: muebles victorianos, cortinas espesas, escasa iluminación y discos de Gardel. Intentó seducirme en dos oportunidades pero mi aliento a ajo la mantuvo a raya, en varios momentos de la noche dudé de su autenticidad pero al final de la velada cuando pedí prestado el baño ¡la verdad me fue revelada!
Ahora temo por mi cuello, huyo despavorido de la ciudad, ya sabrás de mi.
Horacio.
Juan Sebastián Bar
Av. Venezuela, c/Ca. Mohedano, El Rosal, Caracas, Vzla.
Música para noctambulos en vivo todas las noches.
1 comentario:
¿cantaron en algún momento?
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